Tras mucho perreo en la farra de un Club, dos señoritas plantearon a un par de muchachos seguir la fiesta en un lugar más privado.
Tenían algo planeado y no era precisamente lo que Lorenzo S. y su cuñado Carlos C. esperaban. Llegaron alrededor de las 3:41 del sábado al motel Express de Minga Guazú a bordo de dos motos.
Entraron los cuatro a una pieza y, antes de empezar la acción, ellas les ofrecieron tomar unas cervezas. Así fue que le bajaron unas bien frías, para entrar “en calentamiento”. Pero lo que iba a ser un encuentro pasional terminó en un robo.
A eso de las 11:00 de la mañana siguiente, tras insistir mucho por teléfono y no recibir respuesta, el encargado abrió la puerta para ver qué pasaba: los dos picholos oke mano.
Había sido, las mujeres pusieron algo en la espumante y les hicieron dormir. “Luego cada una se subió a una moto, arrancaron y se fueron como si nada”, relató el oficial Hernán González a EXTRA.
El subjefe de la subcomisaría 14 contó que cuando los chicos despertaron, pillaron que no tenían las motos, las cédulas verdes, las habilitaciones ni las licencias. Tampoco el poco dinero que tenían para pagar el reservado.
“Las dos motos son del muchacho que vino a denunciar. Él le prestó a su cuñado una”, indicó.
“Una era gordita y la otra flaquita”, fue lo único que pudieron aportar a la policía, porque según ellos, era la primera vez que habían visto a las dos chicas. González mencionó que las dos chicas eran muy jovencitas. “Tendrían como 23 años, no pasarían de los 25”, manifestó el uniformado. La fiscalía se encargará de investigar el caso.
A uno le quebrantaba que “lapa” se enterara que se fue al telo con otra y encima con el hermano de ella. “Esa era más su preocupación”, soltó el poli.
Fuente: Extra PY